Nos levantamos temprano porque el transfer a la estación de trenes nos pasa a buscar a las 6:50 am. Nos pasamos a despedir de la Jani que sale un poco más tarde al aeropuerto para irse a Moscu. Después de besos y abrazos nos vamos a la estación (Suerte Jani!!! Lo pasamos muy bien contigo y te queremos un montón!!!)
En la estación pasamos a la sala de espera número 4 para tomar el tren a UlaanBaatar / Ulan Batar / Ulan Bator y todos sus derivados de nombre que al final significan lo mismo. El destino final de este segmento del viaje es Moscú y para hacer el viaje en tren uno tiene varias opciones: el Trans-Siberiano (que va de Vladivostok a Moscú), el Trans-Manchuriano (que va desde China, sólo por China, hasta Moscú) y el Trans-Mongoliano (que parte en Beijing, pasa por Ulan Batar y llega después a Moscú). También hay alternativas que siguen más allá hasta St. Petersburgo, pero nosotros sólo llegaremos a Moscú.
Nuestro tren es el K3, uno de los Trans-Mongolianos. El tren salía a las 8:05 am de la estación, pero antes (después de dejar las maletas en las piezas) tenemos harto tiempo para, estando en el anden, sacarnos fotos con el tren que es pintoresco por lo antiguo y bonito, además de tener en cada puerta uno de los hombres encargados de cada vagón recibiendo y guiando a los pasajeros vestidos con trajes tradicionales que combinan muy bien con la temática del tren. El tren es eléctrico pero tiene calderas a carbón para calentar los vagones y tener agua caliente.
Locomotora hasta la frontera con Mongolia |
Estación de Beijing y tren K3 en el andén 7 |
Transmongoliano: Beijing - UlaanBaatar - Moscú (nosotros sólo llegaremos a UB en este tren) |
Se acerca la hora y nos subimos a nuestro vagón en forma definitiva, y parte el viaje hacia Mongolia. Nuestras piezas son en uno de los vagones de primera clase y al parecer vamos sólo los 4 en este carro. Cada pieza tiene dos camas y una especie de silla-sillón frente a una mesa donde una de las camas sirve com otra silla para sentarse frente a frente al lado de la ventana. El tapiz es antiguo, con cobertor de tapiz igual de folclórico.
Nuestra habitación. La puerta de la izquierda es el baño que compartimos con los vecinos, mis papis |
Nuestros vecinos |
La primera parte del recorrido pasa por una cadena montañosa que separa la capital (Beijing) de las planicies del norte. Pasamos por aproximadamente 60 túneles que van entre cerros rocosos con ríos y algunas pequeñas villas de casas. Esto pasa hasta más o menos hasta el Km 85 desde Beijing. En ese trayecto aprovechamos de ir al carro comedor a conocer y tomarnos un café, porque el comedor como tal para comer aún no abre. Las marcas de km están al lado de las líneas en unos hitos blancos así que de vez en cuando podemos ver en qué Km vamos. También vemos varias plantas de energía nuclear en la zona. Paramos en una estación (Zhangjiakou) y después seguimos por un camino ya de planicies pero aún no tan desérticas.
Montañas, ríos y túneles a la salida de Beijing |
Carro de comida Chino. Atrás el cocinero, la niña que atiende y uno de los de ¿seguridad? |
Planificación del viaje con LonelyPlanet, brújula y nivel para saber si vamos subiendo o no en altura |
Planicies después de la zona de montañas, aún en China |
Fuimos a almorzar de 10.30 a 11.30. La que atiende es una mujer China ruda pero ella es así no de mala onda sino que es la forma de ser típica de ellos porque trata igual a los que les sonríe de entrada y a los que no nos sonríe cuando llegamos. El menú de almuerzo está incluido con el pasaje y es bastante pobre con un arroz blanco y dos palos chicos con verduras cocidas y un par de pedacitos de pescado o pollo frito, pero bien pequeños.
Desocupamos la mesa para que no nos rete la encargada y nos vamos a la pieza mientras el paisaje pierde aún más vegetación que se transforma en sólo pasto corto y planicies cada vez más amplias. En el Km 263 vemos un pueblo ejemplar de casas rodeadas por una muralla de barro que tiene cara de ser muy antigua (hay varios pueblos así en este tramo que vamos pasando).
Nuestro pasillo en el vagón de 1era clase |
Invernaderos con rollos de paja para protegerlos del frío en la noche |
Pueblo amurallado |
Pueblo amurallado |
En el Km 275, y por unos 20 kilómetros más, empieza el avistamiento de la muralla China. La vemos bien lejos en los cerros que están después de una amplia planicie, pero logramos ver que es distinta a la que fuimos a visitar en Mutianyu (y no sólo por la reconstrucción que han hecho de la otra). Es más café y está bastante deteriorada por el paso del tiempo. Se ve muy bonito con un pequeño polvillo de nieve sobre la tierra y el cielo despejado.
Después de perderla de vista dormimos siesta y descansamos un rato. Nos despertamos para ir a comer de 17:00 a 18:00 hrs y nos topamos con casi la misma gente que al almuerzo. Nos entregan comida similar a la del almuerzo pero ahora con un par de bolas de carne de origen misterioso pero sabor no tan terrible.
Volvemos a las piezas y el paisaje sigue siendo de planicies con varios pueblos llenos de tumbas de carbón. Pasan también otros trenes cargados de carbón así que queda claro de qué viven estas personas. Entre los pueblos que pasamos están Datong y Jining ambos pequeños y del mismo estilo. No nos bajamos en las estaciones por mucho tiempo (a lo mas a sacar alguna foto) por miedo a que el tren se vaya porque olvídense de preguntarle a la gente a que hora parte de nuevo y terrible sería que el tren se fuera con nuestras cosas adentro... ahí si que estaríamos perdidos para siempre jajaja.
Entramos ya de lleno al desierto de Gobi, aunque aún hay bastante vegetación para ser un desierto. Según el libro sólo un 2% es arena pura como en Arabia, siendo predominantemente planicies secas con algunos cerros y riscos, y temperaturas extremas que van desde -30 a +40 grados (invierno y verano respectivamente). Se pueden ver animales como gacelas, caballos, ovejas, camellos, leopardos de nieve, osos Gobi y otros (nosotros vemos sólo los más comunes). Aquí no hay mucho de eso aún porque aún hay varios poblados chinos, pero probablemente mañana será más como dice la guía. A medida que avanzamos vamos subiendo en altura y se va poniendo todo más nevado, aunque con una muy fina capa.
Luego, cuando está atardeciendo, regresamos al comedor a jugar cartas (carioca) y tomar una bebida o cerveza. Algunos de los encargados de vagones están comiendo cosas harto más ricas que las que nos dan con los tickets incluidos, y tenemos curiosidad de saber si existe una carta (menú) para comprar algo más. Ya es de noche y no hemos terminado el juego, cuando la niña encargada del comedor dice que llegaremos luego a la frontera así que debemos ir a nuestro vagón.
Llegamos a la ciudad que actúa como frontera China (Erlian) como a las 9 de la noche (llevamos 13 horas de viaje y 842 Kms desde Beijing). Nos revisan los de aduana primero, principalmente buscando que no haya alguna persona escondida debajo de las camas y después revisan los pasaportes que se llevan con ellos a la estación.
En la frontera con Mongolia hay cambio de ruedas porque los rieles que usan en Mongolia y Rusia están separados por 1,5 metros, más que lo común en el resto del mundo, por lo cual levantan los carros y les cambian las ruedas para ajustarse al resto del trayecto. Según el lonely planet uno puede ir a ver ese cambio de ruedas o quedarse en el vagón adentro durante el proceso. Nos preguntan si queremos bajarnos (ahora o nunca) y nos bajamos con todo el abrigo del mundo puesto encima (mil capas de ropa y pantalones de ski). Se baja mucha gente que corre a la estación mientras nosotros nos quedamos sacando fotos con la estación. La cámara Nikon se queda sin batería y la otra está en el tren (ya no podemos volver a subir) y la mami no trajo la de ella. Sólo tenemos la gopro y iphones (al menos el 5 y 5s son buenos hasta de noche).
El libro decía que se podía caminar 800 mts de la estación. Hace frío máximo (calculamos que unos -15º, o quizás menos). Preguntamos y nos dicen que es caminando hacia la derecha saliendo de la estación o que podemos pedir un taxi (hay uno de los policías de inmigración que habla inglés y es el único al parecer porque ni los de la puerta en seguridad cachan lo que les preguntamos). El niño de inmigración (en verdad no es niño pero es jovencito y amoroso) nos dice que tenemos que estar de regreso a las 23:30 porque el tren sale a las 23:50.
Caminamos y cada vez está más oscuro porque el alumbrado público no funciona bien. Creemos ir bien porque vamos paralelo a la línea del tren que está a nuestra derecha. Avanzamos más y aparecen pasajes laterales pero ninguno se ve que llegará a la línea... y pasa lento nuestro tren. Cada vez hay más callejones tenebrosos y cuando ya no confiamos en seguir caminando le preguntamos a unos locales que obvio no entienden (ni tratan de entender) el idioma mimo explícito que hacemos (imagínennos haciendo ruido de tren luego dibujándonos ruedas en los pies como si nosotros fuéramos un vagón y saltando hacia el lado como si nos cambiáramos de rieles o haciendo como que nos cambiamos las ruedas) y se quedan con cara de ajetonados en silencio o nos dicen algo en chino... ¿tenemos cara de que hablamos tu idioma acaso?.
Caminamos de regreso a la estación medio rendidos con la cola entre las piernas. Paramos un par de taxis y les hacemos la misma mímica explícita pero nos dicen que no y hasta se ríen entre ellos (los mala gente).
Volvemos a la estación desilusionados (son recién las 10) y se me ocurre ir a molestar de nuevo al niño policía de inmigración buena onda y le decimos que no encontramos el lugar. Nos dice que en taxi puede ser pero cuando le decimos que no nos entienden de repente hace click en su cabeza y dice "oh! you speak english" (no, pastelito, hablamos chino pero nos gusta jugar mímica jajaja), así que le pido que nos escriba en un papel cómo pedirle al taxista que nos llevara y en vez de eso nos acompaña afuera a buscar un taxi que aunque demora en llegar, llega, y el le dice donde queremos ir y antes de cerrar la puerta nos recuerda que debemos estar ahí a las 11 para asegurarnos y no perder el tren (¡gracias!).
Vamos con el taxista quien intenta meterse en un callejón donde hay una reja plegable y nos pide que le digamos a la señora de la caseta que abra y en vez de abrir nos manda a la punta del cerro (chino style) y cierra más la reja aún. Prueba por otro lado y llegamos (en esa misma zona oscura que veíamos de lejos cuando caminamos y no quisimos ir porque era muy oscuro y tenebroso) a una reja cerrada con candado pero que se puede abrir levemente para pasar entremedio a lo polizonte.
No nos bajamos del taxi aún pero el taxista insiste en que pasemos por la reja tanto que él mismo se baja, separa la reja a lo máximo que da con la cadena y nos muestra que pasemos por entremedio. Con mucho miedo de lo que habrá al otro lado (o de quien estará esperándonos con un grito en chino), pasamos y planeamos que al ver a cualquier persona le diremos gracias con la cabeza y un "xie xie" (gracias en chino) por dejarnos estar ahí... y así ocurre.
Nos acercamos a las vías del tren que terminan en una especie de galpón y vemos que llegamos a lo que queríamos ver porque estamos frente a muchas ruedas de carros de tren. Entramos al galpón y llegando a los vagones de nuestro tren que están en proceso de cambio nos miran un par de personas que están adentro trabajando pero estamos en una actitud tan sumisa que nos saludan y no se molestan porque estemos ahí... Sólo nos piden que estemos detrás de una línea amarilla al lado de los vagones.
Sacamos varias fotos al proceso que es bien entretenido porque primero sueltan las ruedas, levantan todos los carros al mismo tiempo, empujan las ruedas chicas chinas hacia afuera del galpón, traen desde atrás ruedas nuevas más grandes (con esas ruedas empujan las chicas hacia fuera tomado el lugar que antes ocupaban las antiguas), luego conectan algunas cosas y finalmente bajan el carro hacia las ruedas para apretar las últimas tuercas.
Cambio de ruedas en Erlian, frontera China-Mongolia por incompatibilidad de tamaño de las vías férreas |
Vagón levantado y ruedas en proceso de cambio |
Nos quedamos hasta bastante antes de que terminen de cambiar todas las ruedas al total de vagones, porque el frío es demasiado. Antes de irnosCarlos y el papi se fijan en la diferencia de espacio de las ruedas antiguas en los rieles mongoles que son más separados (en total fueron como 20 minutos pero con el frío se sintieron como 2 horas).
Nuestro taxi está fuera de las rejas esperándonos aún (esa fue la instrucción que le dio el inmigrador buena onda), así que nos subimos y nos vamos a la estación felices porque logramos llegar a lo que queríamos pero muriendo de frío. De ida el viaje costó 10 yuanes y por la paleteada de esperarnos pensamos pagarle 20 por la vuelta... y nos sentíamos tan generosos y agradecidos de él que nos cayó como baldé de agua fría cuando nos dice "no, 30!" jajaja igual nos calzó y nos bajamos mandándole saludos a su familia.
En la estación nos queda una hora aún de tiempo así que compramos provisiones varias con los Yuanes que quedan más algunos dólares que cambian en el mismo negocio, y esperamos sentados hasta que vuelve el tren y la gente se empieza a subir.
Seguimos el rumbo un rato más hasta el paso fronterizo de Mongolia en un pueblo/ciudad que se llama Zamyn-Üüd. Llegamos y unas letras diferentes a las chinas un poco más rusas nos dan la bienvenida a Mongolia. Pronto empieza el proceso de inmigración. Nos quedamos en las habitaciones mientras los policías se suben al vagón. Nos piden los pasaportes para revisarlos (se los llevan para devolverlos después). También revisan los de aduana que piden que mostremos algunas maletas y después nos dejan tranquilos. Ya cuando termina todo el proceso (y nos devuelven los pasaportes) seguimos el camino hacia UlaanBaatar, pero ya es bastante tarde (y de noche, por lo que no se ve nada más que negro por la ventana), así que nos vamos a dormir con nuestros pasaportes timbrados con un país más del mundo: Mongolia.
Que bkn!!!! Mongoliaaaaa!!! Quiero el dia sgte!
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