3:30 AM y ya estábamos todos en pie. Nos pasaron a buscar muy temprano para llegar bien al aeropuerto porque nuestro vuelo salía al amanecer. No tuvimos problemas en chequear las maletas hasta Chile, lo que fue muy bueno porque permitiría que aprovecháramos a fondo la escala que tenemos en Madrid para ir al centro y comer "un par" de cosas ricas y recorrer.
Esperamos un rato en el salón Vip que parecía casi un salón de alguna isla caribeña porque los sillones que tenía eran casi como estar en una terraza. Comimos pocas cosas (más unos que otros), porque era súper temprano aún y obvio que además íbamos a tener desayuno en el avión. Nos llaman a abordar, y ya sentados vemos durante el despegue el amanecer. Comimos poco porque el sueño fue más, y como tenemos planes para todo el día antes de volar a Chile en la noche, aprovechamos de dormir lo que pudiésemos para descansar y reponer energías para Madrid.
Aterrizamos y vamos lo más rápido posible a la sala de guarda-equipajes para dejar las maletas de mano e irnos en metro al centro. Compramos tickets para todo el día y tomamos el metro. De los cuatro el único que no había estado hace mucho tiempo aquí era el papi, porque nosotros tres habíamos ido hace menos de 6 años así que con eso no fue difícil hacernos un recorrido mental para economizar el tiempo y hacer una visita flash y completa al centro de la ciudad. La primera parada fue la Plaza de España donde está la escultura de Cervantes con el Quijote y Sancho Panza. Nos sacamos las fotos de rigor para después seguir caminando. No hacía frío pero estaba bastante nublado y con viento así que aunque queríamos desabrigarnos un poco ya, no pudimos tan fácil. Según el pronóstico iba a llover, así que andábamos con paraguas que en verdad fueron de paseo al centro porque si es que cayó una gota no fue más que de algún a/c en algún edificio por el que pasamos jajaja.
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Cervantes, Don Quijote, Sancho Panza y nosotros |
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La mami y el paraguas que no pudo ser estrenado |
Caminamos por la calle Bailén y llegamos a los jardines del Palacio real. Nos sacamos algunas fotos y caminamos por la calle peatonal al lado del palacio, que pasa también por la Plaza de Oriente.
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Palacio Real y sus jardines |
Llegamos a la Plaza Armeria que está entre el Palacio Real y la Catedral de la Almudena. Como para entrar al Palacio Real teníamos que pagar entrada no quisimos gastar tiempo, pensando en la cantidad de cosas ricas que podíamos comer en vez de entrar ahí a recorrer.
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Palacio Real desde la Plaza Armería |
Vamos a la Almudena y entramos a un museo nuevo que está no sabemos desde cuándo, pero que al menos ninguno conocía. Habían varias cosas, religiosas todas obvio, fotos, túnicas de sacerdotes, etc., bien bonito y ordenado, que terminaba en el último piso en una terraza panorámica con vista a la ciudad y el Palacio Real
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Madrid desde la Almudena |
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Terraza panorámica en la Almudena |
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Palacio Real desde la Almudena |
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Panorámica con los papis a la derecha |
Bajamos de la terraza y entramos a la catedral que sigue igual de bonita por dentro que cuando la vimos la otra vez con los vitrales de colores y los arcos altos que llaman mucho la atención. En la salida los papis se toman una foto con la puerta donde aparecen en bronce los reyes actuales y varias figuras conocidas que estuvieron en la visita del Papa Juan Pablo II a Madrid.
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Almudena por dentro |
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La puerta |
Caminamos ahora por la Calle Mayor entrando de vez en cuando a las tiendas de souvenirs, con destino al Mercado de San Miguel, conocido por tener toda variedad de tapas españolas cuál más exquisita que la anterior. No es aún la hora de almuerzo pero de sólo pensarlo ya tenemos hambre así que el plan es picotear algo ahí para después almorzar en la Plaza Mayor.
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Calle Mayor |
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Mercado de San Miguel |
Ya en el mercado la decisión de qué comer es bastante difícil, aunque es obvio que no podemos salir de ahí sin comer unos ricos jamones. En las fotos van a ver lo difícil que fue ese momento para el Papi y Carlos, mientras con la Mami esperábamos con confianza su elección.
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En el fabuloso Mercado San Miguel |
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El momento de la difícil decisión |
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"¿Y si compramos uno de cada uno será mucho? |
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"Mmmm… yo creo que puede ser harto" |
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Finalmente: un cono de Jamón Serrano y otro de Chorizo Español |
Seguimos vitrineando, después de comer los jamones que estaban muy buenos, y llegamos a los mozarella frescos y de búfala. Elegimos sólo dos para compartir porque ya de vista eran unas bombas poderosas que aunque muuuy ricos, eran tan grandes que hubiesen servido para alimentar casi a una familia entera.
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Carrito de los mozarella |
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Ñam! |
Dudando de si almorzaríamos o no caminamos hasta la Plaza Mayor. Llegamos y nos tientan de inmediato los amorosos meseros del "Museo del Jamón". De todos modos preferimos darnos una vuelta antes mirando otros restaurantes, y sacarnos algunas fotos en la plaza antes de comer.
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Arcos de entrada a la Plaza Mayor |
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Plaza Mayor |
Para qué hacernos de rogar ante tan rica oferta… Volvemos y nos sentamos en una mesa afuera del mismo restaurante que nos tincó al principio (Museo del Jamón) cerca de una estufa a gas, porque aunque esté un poco frío que lata comer adentro si la gracia es estar en la plaza. Pedimos una jarra de sangría, una tortilla de "patatas" y una paella para compartir. Llegan las cosas y disfrutamos nuestro festín compartido para irnos empapados de comida local a Chile en la noche.
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Rica sangría |
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Tortilla de patatas y Paella para compartir |
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Pajarito esperando en la mesa de al lado a que algo cayera de nuestros platos |
Después del rico almuerzo cruzamos completa la Plaza Mayor y nos sacamos las últimas fotos. Seguimos el recorrido por las calles en busca del postre (sí, ¡más comida!).
Imposible pasar por Madrid y no comer unos ricos churros con chocolate. Caminamos y caminamos hasta que llegamos al pasaje San Ginés donde está la famosa Chocolatería San Ginés. Había cola para pagar, y una vez que tenías tu ticket tenías que buscar una mesa para que te atendieran ahí. Tienen tres pisos con mesas así que eso es lo menos complicado… a pesar de que la fila par pagar es larga en verdad el tramito es bastante expedito. Bajamos al subterráneo y nos sentamos. Nos piden el ticket y pronto nos traen las cuatro porciones de churros con cuatro tasas de chocolate caliente… muy muy muy buenos.
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Postre a la madrileña |
Nuestros ojos fueron evidentemente más grandes que nuestro estómago porque no pudimos comernos todo. Con mucha pena recolectamos lo que quedó y lo guardamos para regalarlo a alguien en la calle, porque comparando con las visitas anteriores a Madrid, la cantidad de gente en la calle pidiendo es demasiada haciendo notar mucho los problemas económicos del país.
Caminamos hasta la Puerta del Sol y una vez ahí nos tomamos fotos con la escultura del Oso y el Madroño, símbolo de la ciudad.
Hacemos algo de shopping y ya con algunas bolsas en la mano llegamos hasta la Gran Vía. Tenemos la opción de seguir vitrineando, caminar hasta la Puerta de Alcalá o ir en metro hasta allá, pero algunos en el grupo están cansados de andar "aplanando calles" así que decidimos irnos al aeropuerto.
Tomamos el metro y hacemos cambio de línea para tomar el que llega hasta Barajas. Una vez ahí caminamos con mucha calma porque tenemos harto tiempo, después de que pasamos seguridad e inmigración nos vamos directo al Salón Vip donde comemos bastantes cosas ricas, algunos toman una que otra cosa y descansamos e intercambiamos hasta la última foto para tener todo ok al llegar a Chile. Nuestro vuelo salía a las 23:55, así que media hora antes hacen el llamado y caminamos el eterno camino hasta la puerta donde está el avión. Nos subimos y al despegar empezamos el último trayecto de este viaje pensando que cuando aterricemos en Chile en 13 horas más habremos dado completamente la vuelta al mundo.
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