Nos despertamos y levantamos para ir a tomar desayuno a las 9 de la mañana. Justo antes le decimos a la niña de recepción que nos trate de reservar un paseo en trineo tirado por perritos en el Dog Sliding Center. Ayer habíamos visto en el mapa más o menos donde quedaba y no es cerca así que seguro hay que ir en taxi. La niña arregla todo para las 13:00 hrs así que tenemos mucho tiempo para descansar (estamos muertos!!). Además aún está cubierto porque con el frío matutino el agua del río que está a mayor temperatura emite un vapor que cubre un área grande y hace que se vea todo nublado o con neblina.
Nos juntamos en nuestra habitación a ver una película ("Gone", buena buena) y cuando llevaba un rato los papás se acuerdan que ya la vieron, así que mientras el papi duerme y la mamá la ve de nuevo con nosotros.
Termina a las 12 más o menos así que nos queda tiempo de ordenar un poco, lavar ropa (que quedó entre ayer y hoy toda lavada aprovechando el secado rápido en la pieza ultra calefaccionada que tenemos), y preparar todo el abrigo para el paseo de hoy. Ya despejó y un lindo sol ilumina el lago y sus alrededores.
A las 13:00 nos pasa a buscar el taxi, pero antes de subirnos aprovechamos de sacarnos unas fotos con un mono de nieve gigante que hay en el hotel y con el paisaje que se ve tan lindo desde aquí.
El taxi se interna por una Villa lateral a la calle principal del pueblo. Es bien adentro internándose un poco en el bosque. De repente llegamos a un grupo de casas de madera donde no pena ningún alma además de unos ladridos de perros inconstantes. El taxista nos señala una puerta así que nos bajamos y tímidamente abrimos la puerta... Adentro hay varios rusos vestidos con ropa de nieve y al preguntar por el paseo nos dicen que sí. Nos abrigamos bien y salimos con ellos que empiezan a preparar todo para el paseo.
Se acercan los dueños de casa al sector donde están los perritos. Son muchos y cada uno tiene una casa propia de madera. Están amarrados en sus casas con una cadena de 1,5 metros para poder moverse. Al ver a sus dueños todos empiezan a mover sus colitas, ladrar, aullar y saltar, y algunos incluso se suben a sus casas muy inquietos mientras otros marcan con pipí su territorio. Al principio es un poco triste pero después nos damos cuenta de que son felices así y que tanto alboroto es porque sí quieren ser elegidos para ir a un paseo corriendo por la nieve.
Los eligen alternados (después sabríamos que tienen grupos definidos para los trineos así que siempre van los mismos peritos juntos y van alternando los grupos para que todos paseen). Los liberan de sus cadenas y del collar los llevan a una gran cadena en línea para atarlos mientras les van poniendo los arneses. Ya con el arnés puesto los llevan al trineo que está bien amarrado porque ellos lo único que quieren es ¡correr!.
Le hago cariño a un par y uno trata de marcarme así que me alejó rápido antes del disparo. Hay de varias razas, la mayoría los que conocemos como siberianos (unos mas puros que otros) cafés o grises, algunos de raza desconocida o mestizos y un dálmata (que por no ser un perro de nieve tienen con una capa para el frío). Cuando ya están puestos en el trineo a algunos les ponen zapatos de tela para el frío en sus patitas. ¡¡Son tan lindos!!
No teníamos idea de si iríamos todos juntos en un trineo, de a dos, al mismo tiempo, desfasados, etc., y recién lo supimos cuando estaba todo listo para salir. Finalmente iremos solos y tenemos la opción de ir manejando el trineo parados atrás con el instructor sentado que irá dando instrucciones (instructor, instrucciones, tiene sentido jaja).
El primero en ir es Carlos. Le explican la manera de manejar el trineo y todo es tan rápido que de repente sale disparado cuando sueltan el trineo y parte su paseo (¡no alcanzamos a sacarle buenas fotos! Buuuuu!!). Su partida fue tan veloz que nos hace dudar si manejar o no porque ir parados a esa velocidad por el camino congelado... Uuuuuhhh!. No sabemos ni por donde volverá cuando de repente ponen al papá en el otro trineo y entre que va a partir llega justo Carlos por el otro lado que por suerte alcanzó a grabarse en el trineo.
Ahora ya sabemos como es así que alcanzamos a sacar fotos y grabar cuando parte el papi que también sale disparado (para los perritos que lo llevan también es la primera vuelta así que están excitadisimos).
Después va la mami (en el trineo en que llegó Carlos), que viendo los tremendos saltos y la velocidad con la que salen prefiere irse sentada disfrutando el paseo.
Mientras esperamos entre uno y otro podemos hacerle cariño a algunos de los perros porque no todos son receptivos (o quizás tienen antecedentes de ser mordedores). Los dueños del lugar también los acarician, abrazan y regalonean y les abrigan las patitas a los que son más sensibles al frío. Finalmente me toca ir a mi en el mismo trineo en el que llegó el papi. Me paro en posición de chofer y salí de un salto disparada. Los perritos no van tan rápido porque como es segunda vuelta están más cansados ya, además que van tratándose mordisquearse entre ellos aunque es súper difícil que lo logren porque las cadenas que tienen no les dan para alcanzarse.
El camino es un circuito que tiene de todo. Al principio vas entre árboles por un sendero bien definido con algunas curvas que luego se transforma en una planicie lateral a árboles. De repente los perritos empiezan a subir por un pequeño monte metiéndote entre arboles de nuevo para después de andar un poco deslizar en bajada a alta velocidad. Los perritos no paran de correr y algunos, los más desordenados, se salen del camino y se van a ratos por la nieve polvo de las orillas que está sin pisar. Es entretenido porque el entrenador no lleva riendas ni correas y les da instrucciones con palabras para que avancen, doblen a la derecha o a la izquierda, o dejen de pelear (y ellos entienden las instrucciones perfecto y en grupo actúan según lo que él les dice). Después de la bajada llegas a un plano de nuevo, con un sendero que es bastante largo, y pasamos entre unos caballos que también son de los dueños del lugar. Es muy frío porque por la velocidad te llega el viento más un polvillo de nieve en la cara y te congelas. En un momento grabé con el celular y la mano casi se me congela (no pude mover el meñique por un rato!!).
Llego de regreso y están los tres esperándome. Fue una rica y fría experiencia con los perritos de Siberia.
Nos despedimos de los perritos que a pesar de vivir en el frío tienen una buena vida aquí porque los quieren, les hacen cariño y los alimentan bien (comen alimento Royal Canin los frescos), comparado con los miles de perros de la calle que hemos visto aquí que aunque están gorditos porque la gente los alimenta igual no tienen una vena condición de vida (además son bastante tímidos y cuesta acercarse a ellos a acariciarlos, lo que hace pensar que quizás son maltratados por algunos).
Perrito con tuto |
Nos llaman un taxi y esperamos calentitos dentro de la casa donde llegamos al principio. Llega y nos vamos al centro de la ciudad. Nos bajamos en el cajero automático para sacar algo más de plata y seguir entreteniendonos en este lugar. Litsvyanka es un pueblo al que los rusos van de vacaciones o de fin de semana porque aparte de todas las actividades del lago (donde patinan, andan en auto, motos, etc.), hay un centro de esquí (que nunca vimos pero pasaron un par de autos con esquís). Es domingo así que hay mucho movimiento en el lugar.
Vamos a ver las focas que tienen un cartel gigante de una mini foca blanca. Esperamos en la sala de espera junto con hartos rusos locales. La mayoría, si es que no todos, están vestidos con ropa abrigada típica con pelos de animal, ya sean abrigos, parcas con aplicaciones peludas o botas, y gorros grandes con o sin pelos (de los mismos que vimos ayer cuando llegamos a Irkutsk). No hacen fila sino que se paran cerca de la puerta para agarrar puesto, y los que llegan después tratan de colarse.
Son las 15:00 y entramos. Esta prohibido sacar fotos así que lo dejo para su imaginación (y para nosotros en los recuerdos). Adentro hay una piscina que habrá tenido como máximo 20 metros de largo por 4 de ancho. En ella dos focas en el espacio más grande y una más encerrada que no participó en el show (debe haber estado en proceso de entrenamiento). Las focas son oscuras, lo que nos hace pensar que quizás la blanca del afiche es así porque anden de ese color con esos pelos y después lo votan y cambian por el que tienen ahora. Durante el show una joven entrenadora rusa habla todo el rato (en ruso así que no entendemos ni pizca de lo que dice), y las focas siguen sus instrucciones: hacen ruidos, bailan, saltan, meten gol con una pelota de fútbol, una encesta una pelota de basquetbol (mientras la otra le hace barra con una pancarta), suman y restan, chapotean, tocan instrumentos (trompetas y saxofón), aplauden, giran y una hasta pinta un dibujo con acuarela que después es subastado en el público por 35 rublos (casi 6 mil pesos chilenos), y que incluye un certificado de originalidad que dice que la foca pintó el dibujo... ¿qué tal?.
Después del show nos vamos a almorzar. Subimos al segundo piso del lugar que prácticamente es una "picada" y está lleno de gente (en verdad las cosas huelen muy bien!). Pedimos en la caja y la niña nos entiende bastante bien, y luego esperamos a que llegue todo a la mesa. Llegan los anticuchos sin el palito en platos de espuma y un arroz para compartir. Mientras esperábamos nos habíamos comido un pan gigantes casi entero con la ansiedad/hambre que teníamos.
La carne está muy rica y nos sentimos como en casa. Nos llega el sol directo y estamos súper abrigados así que casi muertos de calor apuramos el paso para salir y disfrutar la bocanada de aire frío que nos espera. Vamos caminando hasta el final de la calle principal de Listvyanka, y vemos que no hay mucho más que ver, así que nos metemos al lago (recuerden que está congelado) y vamos a visitar un bote y un barco abandonados que están en el hielo.
Barcos abandonados en el hielo |
Hielos dentro del bote abandonado |
Rusia style |
Na-na-na nana-nana-nana-na Hey! |
Caminamos hacia adentro y nos vamos jugando en el hielo deslizandonos y deleitandonos con el paisaje.
Jugamos un rato con el agua, la probamos y seguimos caminando ya acercándonos a la calle principal porque empezamos a congelarnos con el frío que nos rodea en el lago. Llegamos a una zona donde hay varios bloques de hielo planos de distintos tamaños (probablemente por ese movimiento de capas que les conté y que debe ser más frecuente en la orilla cuando empieza el congelamiento del lago), donde las personas apilan estos hielos y hacen esculturas. Y hacemos la nuestra. La torre pasa los 1,50 mts y como fuimos arriesgados poniendo placas más pequeñas abajo la estabilidad no está perfecta pero seguimos poniendo bloques hasta que ocurre el inevitable derrumbe. Nos duró un poco más de 7 minutos en que hubo acción, emoción y desilusión final, jajaja.
Y empieza a atardecer... |
Monstruo come-hielo |
Con la torre de hielo |
Torre de hielo vecina super pro |
Ya son las 6 de la tarde y no tenemos mucho más que hacer. Hasta aquí ha sido un viaje bastante agotador y estamos cansados así que antes del atardecer nos devolvemos en taxi al hotel. Para tomarlo caminamos al lugar del cajero automático y llegamos al estacionamiento lateral donde siempre esperan. El taxista está durmiendo pero un señor de un auto de al lado nos ayuda y lo despierta.
Torres de hielo |
Llegamos al hotel y pasamos a un negocio que queda arriba a comprar bebidas y luego nos vamos a las piezas a descansar un par de horas. Como a las 21:00 bajamos al restaurante a comer algunas cosas relajadas (porque los anticuchos del almuerzo aún andan por ahí dando vueltas), como una champaña, appetizers y cosas para compartir más ensaladas para mi y la mami.
Rio Angara desde el hotel |
Nos vamos a dormir temprano para mañana juntarnos al desayuno y volver a Irkutsk donde estaremos ese día entero y dormiremos unas horas, para luego retomar nuestro viaje en tren hacia Moscú.
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